Sugestionando al espectador ya desde antes de entrar al teatro con un médico repartiendo pastillas de colores y supuestos formularios de autorización, Sixto Paz Producciones ha vuelto a acertar, esta vez trasladando las intimidades de la pareja a un contexto de experimento químico. Escrita por la dramaturga inglesa Lucy Prebble, narra la historia de dos jóvenes voluntarios que se comprometen a participar en el ensayo clínico de un nuevo antidepresivo. A partir de aquí, establecerán una relación donde el amor y la atracción se confundirán con los efectos de la pastilla y que, en definitiva, pondrá en entredicho el éxito del estudio. El espectáculo se sostiene, básicamente, por un texto sólido e ingenioso que combina de forma muy equilibrada humor, diálogos naturales, reflexiones filosóficas sobre la identidad y una crítica inteligente a la medicina y la psicología científica. Del grupo de actores, destaca un especialmente inspirado Pau Roca (que ya se lucía en Pulmons, el anterior montaje de la productora) y que con Nausicaa Bonnín forman un dúo tierno, verosímil, divertido y con una gran química. Todo lo contrario que el actor Paul Berrondo, desgraciadamente, a quien vemos, por momentos, con una actitud escénica un poco discordante. En cualquier caso, se trata de una obra estimulante, con una fantástica ambientación y giros constantes en la trama, dirigida, además, con eficacia por Carol López. Quizás se podría haber conseguido algo más de intensidad en algún fragmento o bien potenciado la emotividad del conjunto (en general, más expositivo) pero lo cierto es que tiene un ritmo fantástico y plantea un debate verdaderamente valioso que, desafortunadamente, no vemos con asiduidad.
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