Embarcarse en un proyecto teatral clásico siempre es un reto, porque se pueden realizar adaptaciones que no casen con el presente, o que no respeten la esencia y universalidad que los textos originales suelen tener. Y en este caso, este reto se ha superado con creces. La adaptación de L’Avar de Molière que se puede ver actualmente en el Teatre Goya es una verdadera joya.
Respetando el texto original, estamos ante una versión fresca, dinámica y muy divertida. Por encima de todo cabe destacar el papel de Joan Pera, sinceramente es la primera vez que veo al actor catalán en escena, y aunque no conozco su faceta más cómica, sí puedo decir que la clava con su avaro; tanto en voz y actitud corporal como en inteligencia humorística, creando un personaje agridulce, que provoca en el público sentimientos contradictorios, que van desde el desprecio o antipatía hasta la pena. La mayoría de los demás personajes están a la altura, creando escenas muy dinámicas y divertidas.
Además, la puesta en escena es sencilla pero a la vez elegante y cuidada, al igual que el vestuario. En definitiva, merece la pena ver el clásico de Molière adaptado por Sergi Belbel y dirigida por Josep Maria Mestres.