Este desenfadado cabaret toma como punto de partida la obra “Striptease i teatre irregular” y los poemas visuales de Joan Brossa para traer a la actualidad el imaginario del artista. El escenario está repleto de recursos simbólicos que nos evocan a su obra, como es la caso de la letra A, los sombreros, las cartas, la mecedora o el logotipo de Volkswagen. Tal y como dice el maestro de ceremonias, Brossa siempre recordaba las palabras de Fregoli diciendo que “el arte es vida y la vida transformación”. De aquí su fascinación por el striptease, un acto de transformación que sucede directamente frente a los ojos del espectador.
El formato del cabaret sirve para transmitir la nostalgia de la Barcelona canalla y nocturna en la que se movía el propio artista, a la vez que para exponer el carácter crítico y humorístico de sus obras. La mezcla de diversos lenguajes como danza, música, teatro, acrobacia, play-back, canto, transformismo o striptease dan cuerpo a esta propuesta híbrida que, aunque tarde un poco en arrancar, presenta un ritmo ascendente que va ganando en hilaridad y consigue así convencer a los espectadores. De todos modos, en ocasiones no se termina de explotar todo el potencial corrosivo y ácido de algunos números, especialmente los que contienen mayor carga de crítica social.
No es fácil escribir sobre una obra donde se recita la «carta abierta a un crítico» del mismo Brossa, pero esto no es una crítica, es una recomendación. Así que os recomiendo que vayáis a ver este cabaret si queréis disfrutar y reír sin más pretensiones a la vez que os acercáis a la figura de Joan Brossa.