Los títeres humanizados de Dürrenmatt

La visita de la vella dama

La visita de la vella dama
28/01/2018

Friedrich Dürrenmatt siempre ha sido un autor de argumentos duros, humor inesperado y un alto componente simbólico. La visita de la vieja dama es una de sus piezas capitales, junto con Los físicos, Enric V o Rómulo el Grande. Hacía años que la pieza no se representaba en Barcelona (recuerdo una versión del CDN, con María Jesús Valdés, en el 2000) y parece ser que la espera ha valido la pena. El público se ha vuelto a encontrar con un texto maduro y extremadamente crítico, con unas reflexiones que todavía valen a día de hoy y con un clásico moderno que quizás no tiene el reconocimiento de otros.

La gran aportación de Jordi Palet y la compañía Farrés Brothers ha sido la de mezclar el arte de la marionetas con la obra del dramaturgo suizo. A pesar de que Dürrenmatt decía que «yo describo hombres, no títeres», es cierto que algunas de sus obras se han representado con máscaras o con recursos que deshumanizan a los personajes. Y es que la base de su teatro bordea siempre la farsa, pero con la tragedia de trasfondo. Esta vez, la tragedia la plantea la extravagante y enigmática Clara Zachanassian, un personaje vengativo que Vicky Peña interpreta desde un punto casi expresionista y con la imagen de una gran muñeca de porcelana (una vez más, un muñeco al servicio de una trama que está por encima del destino de sus protagonistas). En definitiva, un espectáculo que hay que ver, tanto por su estética como por su lirismo o por las interpretaciones de Peña y del gran Xavier Capdet.

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