En varias entrevistas, la autora describe su creación como una pequeña historia. Una historia “con h minúscula”, dice. No se la crean. Seguramente se refiere a que la historia es particular, una de tantísimas vivencias que los tiempos han forzado a escribir. Pero es que con ella puede leerse el mundo. Se trata de un viaje en el tiempo y en la memoria, una fuga perpetua que se convierte en legado familiar y, al mismo tiempo, herida colectiva.
La tercera fuga, escrita y dirigida por Victoria Szpunberg, es una producción del Teatre Nacional de Catalunya, con la colaboración dramatúrgica de Albert Pijuan, se inspira en vivencias reales de la propia autora para construir una ficción de gran alcance sobre la memoria, el exilio y la supervivencia.
La historia sigue el recorrido de tres generaciones de una familia judía obligada a huir en tres momentos clave: la Ucrania soviética de los años veinte, postrevolucionaria, Argentina de la dictadura militar a los setenta, años de plomo, y, por último, la Barcelona del siglo XXI Tres generaciones, tres geografías,, yiddish, ucraniano y ruso) que se entrelazan en una coreagrafía verbal donde la lengua se convierte en refugio y frontera. Intervienen diferentes disciplinas artísticas para crear una experiencia escénica que apela tanto al pensamiento como a la emoción.
Las músicas, inspiradas en sonoridades de raíz como el klezmer y el tango, acompañan a la acción dramática en todo momento, en directo.
Destaca la fluidez de la puesta en escena. La transición entre épocas y espacios se articula con una escenografía modular y dinámica espectacular, que refuerza la narrativa. la escenografía, juega un papel clave en cada escena.
Todo el conjunto de actores y actrices contribuyen a hacer sólida la propuesta. Destaca la Clara Segura, que, como actriz principal de la obra, sublima cada uno de los personajes que aborda, y lo hace participando de forma coral, haciendo crecer el conjunto. escenas. Consigue que la muerte se convierta en una sombra permanente, enigmática… La Magalí Sare ofrece emotividad con su interpretación, dominio melódico y seguridad en escena. para reflejar experiencias de exilio y resistencia.
Una obra imprescindible por el texto y la puesta en escena, que explica el instinto autodestructivo insaciable de la humanidad y la forja de identidades a través del paso del tiempo y de resiliencias casi heroicas.