Ayer asistí al estreno de la obra La ratonera de Agatha Cristie en el Teatro Apolo. Antes de empezar a hablar de la trama, querría dar las gracias a toda la organización porque, aparte de darnos de beber y comer a todos los asistentes, se lo curraron mucho con los decorados del hall ( había Photocall, Ambientación «terrorífica»…) y el personal extra que contrataron para disfrazarse de «muertos». Os explico… quizás estabas tomándete una copa de cava en la barra del restaurante y te pasaba por el lado una muchacha súper pálida con las manos llenas de sangre… Cómo si estuvieras en el túnel del terror, vaya! (pero sin que te asusten)… Por lo tanto, en este sentido, los quería felicitar puesto que he asistido a muchísimos estrenos y pienso que este ha sido uno de los más acertados y que más se han adaptado al concepto de la obra. Dicho esto, tengo que decir que a pesar de que se trata de una novela policiaca ayer me divertí mucho intentado averiguar quién de los ocho personajes que salen es el asesino. Ayer me sentí como si fuera un detective privado o estuviera viviendo un caso propio del gran Colombo o Jessica Fletcher puesto que empiezas a hacer tus suposiciones y al final cuando se descubre el pastel te quedas (al menos en mi caso) muy sorprendido por el resultado. Obviamente, no os quiero estropear el argumento de la obra ni mucho menos os revelaré que pasa al final (además, ya nos amenazan cuando salen a saludar que no lo hagamos si no queremos acabar en el otro barrio)… pero si os diré que tenéis que ir a vivir la obra en directo, de verdad, no os la podéis perder por nada del mundo. La tensión entre los personajes crece por instantes y la interpretación de todos ellos es brutal. Ninguno os dejará indiferente, todos ellos tienen su peculiaridad forma de ser y parecen sospechosos del crimen hasta el final. Así que si queréis una noche misteriosa, asistid a la Mansión de Monkswell Manor y dejaos atrapar por el suspense.
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