La escenografía, iluminación y vestuario me hicieron vivir el aislamiento y el frío que abraza la historia de Agatha Cristie, pero no bastó con eso, el espectáculo se me hizo largo y pesado. No soy un experto en teatro, pero sí que me gusta la novela negra y ciertamente La Ratonera no logró mantener mi atención más allá de los 15 minutos iniciales. La intención es buena, pero creo que una producción tan ambiciosa debería medir mejor el tempo: realmente las dos partes (de una hora cada una…) la hacen eterna y el ritmo me parece, en una palabra, antiguo. ¿El texto lo es? Pues vale, pero creo que sería necesario adaptarlo al 2014 o al 1990 como mínimo. Lejos de lograr que el espectador quede ‘atrapado’ en La Ratonera la representación solo logra que perdamos el interés. Destacar el logrado ambiente del estreno creado por la compañía teatral La Fresca, que reencarnó a una Agatha Cristie escribiendo en el hall del Apolo así como otros personajes de sus novelas habitando el espacio.
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