Magnífica descripción del alma humana

La partida d'escacs

La partida d’escacs
22/05/2019

Tenía curiosidad por ver cómo se podría representar en teatro la obra de Stefan Zweig “Novela de ajedrez” escrita en 1942 y que apareció póstumamente después del suicidio del autor. Es una novela con un fuerte contenido emocional. Zweig era un profundo conocedor del alma humana como lo demostró en otras novelas como “miedo” en la que describe con un gran conocimiento psicológico un sentimiento a veces irracional que puede llegar a aniquilar a la persona que la vive.

Stefan Zweig nació en Viena en pleno imperio austrohúngaro. Marchó a Londres cuando Hitler subió al poder. Sus textos fueron prohibidos en la Alemania nazi. En algún momento dijo: “la libertad personal es el bien más preciado de la tierra”. Su pensamiento y su historia personal tienen mucho que ver con la creación del personaje “Dr. B” de la novela de ajedrez. Es una heroicidad humana poder encontrar los recursos para conseguir sobrevivir encerrado en una habitación sin posibilidad de comunicarse con nada ni con nadie. Pero sobrevivir no significa vivir dignamente, el pasado no perdona y la pequeña victoria que consigue no es más que la demostración de su propia fragilidad. Zweig deja el final abierto para el espectador aunque no es difícil adivinar un desenlace trágico.

No sabía cómo podía ser llevado al teatro un relato como éste. Ivan Morales consigue dar a la versión del texto y la dirección el punto dramático que hubiera querido Stefan Zweig. A Anna Maria Ricart le debemos la dramaturgia. Los dos resuelven perfectamente el relato en forma de monólogo. Jordi Bosch está espléndido representando a 5 personajes diferentes y moviéndose por el escenario con vertiginosa agilidad. Él también actúa como narrador y a la vez como maestro de ceremonias y presentador tipo cabaret. El narrador de Zweig, al contrario, es un observador discreto que describe sin pasión la sucesión de acontecimientos que ocurren a lo largo de la novela.

La escenografía y la iluminación de Marc Salicrú merecen una atención especial. Una pasarela desde el centro del pasillo central de platea hasta el escenario permite a los personajes subir al barco donde se desarrollará la trama. Un escenario oscuro y dos sillas son suficientes. Las tres lámparas que cuelgan del techo nos sitúan en un salón elegante y los otros elementos de la iluminación son cruciales para los momentos más trágicos de la historia.

Zweig escribió pocas obras de teatro. Hace pocos meses una novela, “24 horas en la vida de una mujer” fue adaptada al teatro musical. Bienvenida sea también la adaptación de la “novela de ajedrez” al teatro de la que se habían realizado varias versiones cinematográficas

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