Filosofía dramatizada

La paradoxa de Protàgores

La paradoxa de Protàgores
26/05/2015

Al más puro estilo de los diálogos platónicos, que imitaban la manera socrática de divulgar conocimiento, Jordi Manau ha escrito una pieza teatral en torno a la figura de Protàgoras simpática y bastante original. Dirigida por el mismo autor junto con Clàudia Costas, la historia expone la paradoja del título a través de una confrontación verbal entre su creador y uno de sus discípulos. A pesar de su contenido, el espectáculo es divertido y muy ligero, combinando humor anacrónico con gags derivados de la fuerte personalidad de su protagonista, que no duda en reivindicar su importancia en cualquier ocasión. Es obvio que la obra funciona, principalmente, por el carisma del actor que interpreta Protágoras, un pletórico Gerard Clavell que domina la escena con comodidad, transita las inflexiones de voz como quiere y aporta el punto descarado que la propuesta necesita. Desgraciadamente, el talento de Clavell eclipsa, en parte, la aportación del resto del reparto que no tienen demasiadas alternativas más que las de, en general, darle la réplica. La duración del espectáculo es adecuada a sus pretensiones y la escenografía bonita y muy funcional. Pero, aunque hace pasar un buen rato, deja poco espacio para una reflexión posterior y no provoca ningún impacto emocional, ni intelectual en el espectador, a pesar de su giro final. Quizás la intención es sólo la de entretener y explicar, sin aburrir, el pensamiento de Protàgoras. Si es así, el objetivo está cumplido pero, como material dramático, le falta contenido.

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