The amateurs company han creado un producto teatral muy actual. Sorprende que un tema tan preocupante para todos aquellos profesionales del mundo del teatro que deja la ilusión, el tiempo y la vida sin demasiado reconocimiento ni ayudas económicas, no se haya tratado en profundidad (que yo sepa) en las escenas teatrales.
Ivan Andrade y Clara Bes son los fundadores de esta compañía y, además de “Partículas Paralelas”, han estrenado obras en BCN y tratado otros temas preocupantes de la actualidad. Todos ellos son espectáculos de creación y por tanto, conocen bien las dificultades de una compañía independiente para sacar adelante cualquier proyecto.
En esta obra hacen muchas alusiones a los directores de las grandes salas de teatro de BCN públicas y privadas con las dificultades para acceder a ellas a la mayoría de las compañías pequeñas. El director (Ivan Andrade) y una técnica (Rina Ota) participan en la escena en forma de ensayo dando un divertido aire metateatral.
En cuanto a los actores, Xavier Alomà, Jordi Ciurana y Cristina Terzi, los tres profesionales, han participado en diferentes papeles en salas pequeñas y conocen el “mundillo” tan bien que pueden hacer una crítica sincera, dura pero creativa y útil. Y de todo esto va esta obra, una advertencia a las políticas públicas, un llamamiento a la necesidad de defender la cultura con mayúsculas y también de la obligación de realizar con el teatro acciones sociales y comunitarias. Y todo ello, con un gran sentido del humor. No es fácil hacer reír de un tema tan preocupante y serio, pero ellos lo consiguen.
Los tres personajes de la obra son compañeros de piso y creadores de una compañía independiente que han estrenado espectáculos aunque no han podido dejar trabajos precarios para subsistir. La obtención del premio Born de Teatre sobre el texto de Cristina crea nuevas expectativas en el grupo, nuevos planteamientos de vida y muchos cambios a los que ya están acostumbrados.
La interpretación de los tres actores es magnífica, Jordi Ciurana en su papel de enfadado con él, con todos y el mundo, Xavier Alomà más discreto, sensato y tierno. Cristina Terzi da serenidad al grupo, tiene una manera de actuar que acerca al público al comedor de ese piso de 49 metros cuadrados.
Pienso que es una obra de reflexión, divertida y tierna que no puede quedarse en un rincón de nuestra memoria.