Un relato nostálgico y diferente

La memòria perduda

La memòria perduda
10/04/2019

Las personas que se van no lo hacen del todo mientras quede alguien que las recuerde. Y esto piensa Pablo Ley quien además de recordar a su madre, Margarita Fancelli Duran, le rinde un homenaje en esta pequeña gran obra para que su memoria perdure más allá de él. Y lo hace de una manera muy original con los únicos recursos de una espléndida actuación y de un piano que va acompañando los sentimientos de una niña y de una adolescente “voyeuses” a lo largo de un cuarto de siglo lleno de horror y de guerra. La interpretación del texto es de Raquel Ferri y de la música y su composición de Jorge de la Torre.

Su original inicio empieza al final de la vida de la protagonista. Ella va caminando hacia el más allá y vuelve desgranando los años hacia un pasado para explicar su vida y dejar constancia de la misma. De manera simétrica y calculada, después de describir sus recuerdos, vuelve al túnel de la luz, satisfecha de haber dejado esta nostálgica huella.

También es muy original la forma de presentación del espectáculo. No es un monólogo acompañado de un piano, no es una simple y detallada descripción de una vida. Es un ensayo con el guion en la mano, es un proyecto que se va construyendo despacio, es una ilusión que se va convirtiendo en obra. Y son estas dos originalidades las que me han llamado la atención junto a las excelentes interpretaciones de la Ferri y de la Torre. Un dueto muy bien atado con una gran complicidad. Fue una noche deliciosa.

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