Hace poco comentábamos en otra recomendación que la comedia del arte como género teatral se encuentra cada vez más en desuso. Es por eso que cualquier propuesta que recupere el espíritu popular y carnavalesco de este género nacido en la Italia del Cinquecento tiene que valorarse positivamente. La mascarada fantástica es un divertido espectáculo que combina humor visual, situaciones absurdas y juegos de palabras dirigidos a los más pequeños con chistes políticos y referencias a la actualidad que harán reír (y mucho) a jóvenes y adultos. Los cuatro actores de la Compañía de la rosa hacen un trabajo espléndido de composición de personajes cómicos (viejos tacaños, brujas, princesas, criados, jóvenes enamorados…) enmarcados en la Venecia medieval, a pesar de que sólo como punto de partida. Su espontaneidad y simpatía convierte en virtud las imperfecciones de la deshecha puesta en escena. Además, tienen la valentía de abordar temas tabúes como la muerte o el sexo y hacerlos aptos por el público familiar en vez de rehuirlos. No obstante, la parte final (quizás la más divertida) es la que se aleja más del clásico planteamiento inicial y, por lo tanto, acaba por dar una sensación de alargamiento narrativo que igual no hacía falta. En cualquier caso, la obra es una exhibición de originalidad y buenas ideas desde la vertiente más fiel a los orígenes del teatro popular; muy agradecida y didáctica sobre todo por los más pequeños de casa.
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