De la productora beon (El Médico) llega esta adaptación del libro que muchos conocieron por la película. Reto mayúsculo afrontar un proyecto de esta envergadura, en una producción 100% propia que tiene muy claro que no puede ser una propuesta intimista si no que nos entrega una producción espectacular.
El reino de Fantasía corre peligro. Un joven guerrero es la esperanza para salvarlo. El niño que lee esta historia, escapando de bullying y alguna carencia afectiva (territorio a explorar y que se resuelve en lo más emocionante del montaje) pasa a formar parte de la epopeya.
Seguro que por no tener el referente se me hizo una propuesta larga que no despertó mi interés. Lógico, al no conocer los personajes y la trama, parece que esta avanza demasiado rápido o con personajes a medio dibujar, pero cuando eres participe del universo del libro de Ende, por lo que percibí, la adaptación funciona y el placer de recordar pasajes vividos hace años es grande.
A nivel de producción, la propuesta es espectacular, supera el aspecto narrativo dramático y musical, y no tiene nada que envidiar a producciones foráneas. Criaturas con tecnología animatrónic, vuelos, elementos de la naturaleza, magia… Como ejemplo, el caballo es impresionante. No me vergüenza admitir que por unos segundos creí que era real.
Musicalmente, algo discutible, el compositor Iván Macías ha apostado por incluir numerosos géneros musicales, hasta el extremo de algún momento que nos sacan del universo de fantasía, con nada más y nada menos que una copla interpretada por la tortuga… Aparte, hip hop, baladas liricas, rock, pop y un número muy de Broadway con claqué de protagonista, muy bien ejecutado. Tanta mezcla acaba no dotando a la partitura de un hilo conductor. En cambio, es positivo -y no es habitual- que la partitura no pivote sobre la famosísima canción de los ’80 de Limahl, que suena lo que tiene que sonar.
Buenas interpretaciones, aunque flojea, el día que fui, la actriz que daba vida a Bastian, lejos del nivel de las Matildas o del protagonista de Charlie y la fábrica… que tenemos ahora mismo en cartelera.
En resumen: propuesta que al mismo tiempo, no abusa de la nostalgia ni recurre a ella continuamente y que quienes más disfrutarán son quienes se emocionaron con el libro y película. Y que acaba con un mensaje esencial:: lo que nos aporta leer.