Si bien esta versión de La Gran Duquessa de Gerolstein se trata de un espectáculo de pequeño formato, con una escenografía austera, según se va desgranando la obra, vemos cómo los cuatro jóvenes actores han conseguido realizar una adaptación en la que todo está pensado, y cada elemento, cobran un sentido crítico bastante potente en contra del militarismo irreflexivo y la parafernalia militar. Los poderes y caprichos se entremezclan gracias a su protagonista, una tiránica duquesa que provoca la guerra porque se aburre y que hace actuar a su antojo a todo el mundo que le rodea.
Con unas voces espléndidas, con mención especial a Anna Arena, y una interpretación bastante conseguida, en la que el travestismo es la nota predominante -es Albert Ruiz, el único chico, el que interpreta a la Duquesa; los cuatro actores, interpretan a varios personajes, cantan, bailan y en algún momento hasta tocan algún instrumento. Y es que esta joven compañía apuesta por los artistas completos.
Con todos estos ingredientes, lo que podemos esperar de este espectáculo de teatro musical, con elementos muy originales y con puntos de crítica, es entretenimiento y diversión, entrelazados con canciones bastante pegadizas que nos llevan de viaje por la vida de la Duquesa y sus caprichos atados al poder que tiene. En resumen y en pocas palabras: no te la puedes perder.