El grito desesperado de una madre

Esta obra de Víctor Borràs con producción de Teatre Nu sobre la enfermedad mental, se estrenó en el Grec 2021 en la Sala Atrium. Se presenta la segunda temporada después de haber girado por toda Cataluña y sigue llenando el Espacio Texas.
Es un texto muy bien estructurado en el que una madre que convive con un hijo diagnosticado de enfermedad mental se desnuda emocionalmente frente a la comunidad de vecinos. Me recuerda la figura de la madre de Stabat Mater interpretada por la insuperable Montserrat Esteve. Son madres desesperadas por una preocupación constante, inalterable o progresiva. En este caso, la dirección de Ivan Benet encuentra el ritmo adecuado dirigiendo magistralmente un monólogo difícil que la madre, una sublime Àurea Márquez, resuelve con nota alta. Nunca olvidaré el papel de la Márquez en Pedra de Tartera de Maria Barbal en el TNC que la hizo ganadora en 2011 del Premio Memorial Margarida Xirgu por esta obra. La dona del tercer segona es una mujer trabajadora sin pareja (los hombres con cierta frecuencia desaparecen cuando hay problemas). Comienza pidiendo perdón en una reunión de la comunidad de vecinos por algún inconveniente que su hijo ha creado en la comunidad. Es un discurso contenido, con un lenguaje esforzado para poder entrar en una reunión en la que no suele participar. Luego va hablando de sus problemas y con un crescendo suave pero contundente va apareciendo la angustia, la desesperación, y con ella, la desviación de las culpas hacia los demás: a los dueños del bar que no dejan entrar al chico debido a su estado, al psiquiatra que le da un tratamiento que le deja atontado, a la sanidad pública, a la trabajadora social y a todos aquellos que no sufren como ella y que la hacen sentir sola. Entre la descripción de todos los motivos de angustia y sufrimiento hay historias del chico muy tiernas que la mujer va repitiendo como un mantra. El clímax llega con un giro de guión, un grito desesperado y la tensión desciende bruscamente con un “Buenas noches a todos”.
El texto de Borràs es un clamor a la solidaridad por las personas con disfuncionalidad mental, un grito de ayuda a la gente más cercana, una demanda de comprensión que ha sido capaz de llegar al alma y a los ojos de todo el público.