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Delicado homenaje al teatro de aficionados de los años sesenta

La Cubana: L'amor venia amb taxi

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La Cubana: L’amor venia amb taxi → Teatre Romea
29/09/2025 - Teatre Romea

Con la idea original de Jordi Milán y con el guion de él mismo, Toni Sans y Rubèn Montañá, La Cubana nos regala esta vez dos escenarios diferentes o un teatro dentro del teatro con la mordacidad e ingenio con los que nos tienen acostumbrados.

El escenario principal es un teatro de aficionados: L’elenc artístic Teatral del Centre Parroquial de Nostra Senyora de la Llum (ya nos habla mucho de ese momento), que se encuentran por primera vez (después de haber representado Els Pastorets), para hablar de la siguiente obra. En Catalunya, pasados ​​los primeros años más duros y crueles de la dictadura, en cualquier centro parroquial, centro cívico o barriada surgieron de manera espontánea grupos de teatro de aficionados, esbarts dansaires, corales, centros excursionistas, grupos de escultismo, cuya finalidad era recuperar las redes sociales perdidas, poder volver a vivir y, si se podía, contribuir desde dentro a la lucha contra la censura y la represión.

El otro escenario son trozos de representaciones de aquel momento, en el Molino o en otros teatros del Paral·lel con música en directo, canciones y coreografías de una excelente calidad por parte de los actores y actrices de la compañía.

Han creado entre todos, una obra maestra, con unos decorados y unos vestuarios impresionantes, un movimiento escénico ágil y llamativo. Íbamos de sorpresa en sorpresa como hace habitualmente La Cubana haciendo participar al público, apareciendo los actores, actrices, músicos y maquinistas por diferentes lugares. Todos éramos artistas y todos nos hemos emocionado con los dos pulmones respirando a ritmos diferentes, el de la ironía, la broma y la risa y el de la nostalgia y el recuerdo de aquel momento. También nuestros ojos iban a ritmos diferentes, uno lloraba de risa y el otro de nostalgia de un tiempo que luchó y que sufrió pero que también supo levantar el corazón para reír un rato. En mi casa los vieneses de Franz Joham, Artur Kaps y Herta Frankel formaban parte de las conversaciones familiares y Cançó d’Amor i de Guerra era la música de fondo de muchos momentos familiares.

La profesionalidad y la sensibilidad de La Cubana ha hecho que tanto los que habíamos vivido ese momento como los que no estaban allí participen y entiendan esta obra que será memorable.

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