Una metáfora incompleta

Josefina la gallina puso un huevo en la cocina

Josefina la gallina puso un huevo en la cocina
17/06/2018

La última vez que pudimos ver a los Vaca 35 en la Sala Atrium fue con la impactante Lo único que necesita una grande actriz es una gran obra y las ganas de triunfar. Resulta inevitable, después del intensa calado que dejó aquella experiencia, acercarse a su nuevo proyecto sin establecer comparaciones o llevar unas ciertas expectativas. Desgraciadamente, Josefina la gallina puso un huevo en la cocina, a pesar de tener algunos de los rasgos característicos de este grupo de artistas mexicanos, está bastante lejos de la visceralidad, la fuerza visual y la apabullante dosis de realidad de su anterior trabajo. Dirigida por Diana Magallón, en este caso, la propuesta parte de una premisa curiosa: un hombre que siente que es una gallina. La idea, aparentemente sencilla y divertida, esconde, de hecho, un lado alegórico oscuro y de una profundidad sorprendente. El espectáculo nos habla, en un formato cercano al teatro familiar, de la búsqueda de la identidad, de la soledad de sentirse diferente, de la migración, el deseo, la nostalgia y la tristeza, entre otros muchos temas. El problema es que, más allá de apuntar estas perspectivas tan interesantes, la pieza no es capaz de desarrollar la metáfora y construir un recorrido que consiga tocar el corazón del espectador. En conjunto, la obra es simpática pero deja con ganas de más (también por su corta duración) y se queda a medio camino de sus verdaderas posibilidades. Con un trasfondo tan complejo, es toda una lástima que, narrativamente, se dediquen poco más que a picotear los conflictos del protagonista sin casi pasar de la superficie. Quizás dedicando más tiempo a cada episodio del montaje, se conseguiría llegar mucho más lejos. En el punto actual, sin embargo, el producto es insuficiente para los que, además, recordamos lo que los Vaca 35 son capaces de ofrecer.

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