Escapando de la verdad estrafalariamente

Escape Room

Escape Room
22/11/2018

Casi todo el mundo ya sabe, a estas alturas, que es un escape room. Para aquellos, poco, que aún vivan apartados de esta nueva moda, se trata de un nuevo juevo que consiste en encerrar a un grupo de personas en una habitación –o espacio limitado- los cuales, a través de varias pistas, tienen que descubrir cómo salir de esta ubicación antes de una hora.

Pues la idea del escape room es la base de la nueva comedia de Joel Joan y Hèctor Claramunt. A partir de este juego, y a modo de thriller divertido, nos presentan la historia de dos parejas de amigos que se encuentran para pasar un buen rato haciendo un escape. Lo que empieza siendo una actividad para afianzar su amistad, acaba siendo el escaparate de las mentiras que se han ido explicando los últimos meses y años entre ellos, ya sean pareja o amigos. Con un componente de terror, se trata de un texto muy divertido con giros en la trama muy interesantes e inesperados.

Joel Joan hace el papel del amigo instigador que propone el juego a su pareja, interpretada por Paula Vives, y a sus amigos de toda la vida, a los cuales dan vida Àgata Roca y Oriol Vila. Todos los personajes están elaborados al detalle, su personalidad y carácter queda plasmado en su manera de comportarse, hablar e, incluso, su forma de vestir. Destacar especialmente a Paula Vives, que, con su personaje de mujer joven, reivindicativa con las ideas clara e inamovibles, se come el escenario cada vez que interviene. Joel Joan, por su lado nos pone delante a un hombre indeciso, que quiere quedar bien con todo el mundo, que no acaba de encontrar su sitio y que es bastante patoso. Es decir, un papel al cual nos tiene bastante acostumbrados. Àgata Roca es la diversión en persona y va a más a medida que el texto avanza. Su personaje, inicialmente superficial y vacío, acaba teniendo un trasfondo muy interesante y guerrero. Oriol Vila, a veces seguro de sí mismo, a veces pusilánime, aporta ego y desconcierto a esta narración, con algunas de las mejores intervenciones de la obra. Ferran Carvajal, con una intervención puntual y muy concreta, acaba de redondear este reparto que destila una química especial encima del escenario.

La puesta en escena se merece, en sí misma, una mención especial. ¡Qué trabajo más escrupuloso en todos los elementos que conforman el escape room! La escenografía bien podría ser una realidad –vigilad no os copien la idea- y juego un papel crucial en cada pasado hacia adelante que hace la historia.

Lo único que se le puede echar encara a esta comedia alocada es su final, fatídicamente. El giro que da todo el sentido a la obra, y que no se espera el espectador, queda desdibujado y deslucido por una continuación innecesaria y con un cierre más bien tópico, que podría ser suprimido.

Aun así, esta comedia hace reír al espectador, lo sorprende y lo deja con un buen gusto de boca, con ganas de comentarlo con el vecino de butaca y rememorar los pasajes más hilarantes.

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