Me parece que ha sido la forma en que la dramaturga ha planteado la obra (a menos que en la adaptación lo hayan manipulado). Cuatro alumnos se apuntan en un taller de teatro en el centro cívico del pueblo. La profesora propone un movimiento, un alumno lo copia, como si fuera un espejo y lo transforma, y así sucesivamente hasta que todos los componentes de la clase hayan hecho de todos y de ellos mismos a la vez, y con este juego van saliendo cosas y cosas… a mí me han pesado los continuados cortes a que ha sido sometida la representación y a pesar de la buena dirección y las magníficas actuaciones, me he aburrido.
¡Enlace copiado!