Ted Neeley Superstar

Jesus Christ Superstar

Jesus Christ Superstar
27/04/2018

 

El teatro, al fin y al cabo, es emoción. Y de eso, hay a raudales en Jesus Christ Superstar. ¿Qué más se puede pedir?

La producción tiene un aire a las coproducciones de los ’70: películas y actores europeos excepto una estrella anglosajona y aparentando un espectacular producto americano. Pues funciona.

Musical legendario en inglés -gracias! – de producción italiana (algunas pronunciaciones …), unos 10 músicos en directo (gracias de nuevo) que suenan muy bien aunque agradecería un puntito más de espectacularidad, más de 20 intérpretes / bailarines que rezuman ilusión y un elenco muy, muy solvente.

Asimismo, escenografía mínima, proyecciones de mayor tamaño que interés (el Partenón??), María Magdalena muy sensual, un final un poco extraño y un protagonista que, fríamente, no está para estos trotes . Pero, vaya por Dios, este protagonista es un mito para los devotos, como un servidor, de JCS. Y aquí está la emoción, presente antes, durante y después de la obra. Cada intervención de Ted Neeley es aplaudida aunque a sus 74 años interprete a alguien de 33 y su voz no sea la que era, los agudos escaseen y recurra a menudo a recitar más que cantar … Es igual. Es él. Es Jesus Christ Superstar. Y a los «fieles» nos emociona verlo y vivirlo en directo.

Y a todo esto, JCS es un pedao de musical de Webber y Rice, que no vemos a menudo y que fue todo un hito en plantear el punto de vista de Judas, partitura eléctrica – quizás el mejor de Webber-, pocos dogmas y muchas preguntas … Y fue el inicio de las obras franquicia, para ser representadas donde sea con idéntico montaje y que tan normal nos parece ahora (Mamma mia, Los Mis …)

En resumen: propuesta no sólo para fans si bien éstos son quienes más lo disfrutarán.

El broche: Ted Neeley podría haber estado recibiendo ovaciones un cuarto de hora. Pues no; incluso saluda menos tiempo que el resto. Y hasta el final transmite pasión por el personaje, del que lleva más de 5.000 funciones. Leí que Yul Brynner representó «El Rey y yo» un número similar de veces durante décadas y que al final, ni podía cantar su solo. Pero su presencia e identificación con el personaje llenaba las salas. No lo entendí mucho … hasta ayer. Tanto, que repetiré.

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