Jerusalem, a pesar de ser un texto del 2008, es una de las grandes piezas del teatro inglés más reciente. Un auténtico golpe en la mesa que tenía que llegar a Barcelona con una producción que estuviera a la altura, y creo que en este caso la tarea de Julio Manrique y de todo su equipo ha cumplido sobradamente el objetivo. Pero vamos por partes… Jerusalem es un texto que nos habla de un personaje central que vive al margen de la ley y de las normas, y de todo un séquito de criaturas que, por motivos diversos, lo siguen en su aventura antisocial. Y todo esto en un bosque de Inglaterra, rodeado de toda la mítica, la leyenda y la literatura que atesoran los bosques ingleses. No falta un tono poético, una parte de drama doméstico o la profundidad de los personajes épicos, pero en general Jerusalem se presenta en clave de comedia y bajo una estética punk y antisistema… también muy británica.
El personaje principal, Johnny Byron «el gallo», es una extraña criatura que parece estar emparentada con el Falstaff shakespiriano y otros bufones de su inmensa obra. Un personaje tan grande, y con tantos matices, necesitaba un actor en uno de los momentos dulces de su carrera, y el hecho de haber elegido a Pere Arquillué ha estado todo un acierto. La creación que hace es extraordinaria, siempre con un pie en la locura (dígase fiesta, desmadre, orgía o lo que haga falta) y otro en la realidad que quiere disfrazar. También ayuda que alrededor tenga actores jóvenes muy prometedores, como Adrian Grösser o Guillem Balart, y veteranos de aquellos que pueden robarte la escena en cualquier momento, como son Víctor Pi i Albert Ribalta. El reparto, por lo tanto, es todo un acierto, y la dirección de Manrique, de aquellas que perduran en el tiempo y que ayudan a crear un éxito inmediato.
Es cierto que el decorado, que ya se pudo ver en todo su esplendor en el Teatre Grec, ha quedado excesivamente apretado en el escenario del Romea. A pesar de la ampliación que se ha hecho, da la sensación de que necesita respirar… pero, ¿qué le vamos a hacer? A veces hay aspectos muy difíciles de resolver. Lo que sí podemos asegurar es que es un espectáculo que acaparará elogios y premios en la presente temporada, ya sea por la calidad y osadía del texto como por la magnífica resolución que se le ha dado.