Un James Bond rotundamente más cómico de lo que estamos acostumbrados se ha instalado al Raval para hacernos disfrutar fuera de la gran pantalla de una de sus aventuras que, como es habitual, lo llevan de punta a punta del mundo para combatir el mal. En esta ocasión, los responsables de sus peripecias son la compañía Trotamos teatro, los cuales han creado una parodia del famoso agente secreto sin utilizar ningún tipo de escenografía, ni casi recursos. Tiene mucho mérito, puesto que ésta no se echa de menos en ningún momento, gracias al excelente trabajo actoral de Albert Requena y Josep Pla, que a través de su interpretación fuerzan al espectador a construir dentro de su mente aquellos grandes decorados a los que estamos acostumbrados y a suplantar cualquier tipo de efecto especial. Además, hay que decir que el trabajo de estos dos intérpretes es todo un tour de fuerza escénico, puesto que se encargan de encarnar de forma acertada a todos los personajes que acostumbran a aparecer en las películas, desde el villano hasta la secretaria. Así pues, el humor utilizado para representar la historia se podría situar en un espacio cercano al de El Tricicle, a pesar de que la compañía opta para utilizar también la palabra, ampliando así los recursos humorísticos. Quizás no todos los gags son del todo acertados e incluso se podría prescindir de alguno, hecho que seguramente redondearía la obra, pero podemos afirmar que nos encontramos ante un espectáculo original, sólido y muy bien conducido, que por encima de todo cuenta con unas excelentes interpretaciones.
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