La idea es buena. Y la técnica mejor. Pero cuando un texto se alarga demasiado, cuando el ritmo es extremadamente lento y se quieren abarcar demasiados temas, el resultado acaba siendo un montaje desigual.
Después de la muerte de su traductor y amigo Robert Davreu, Wajdi Mouawad decidió que no podía seguir con su idea de montar al uso las tragedias completas de Sófocles. Después de haber hecho la trilogía Des femmes (Las mujeres de Traquis, Antígona y Electra) y el díptico Des héros (Áyax y Edipo Rey) la siguiente en su lista era la historia de Filoctetes, primer volumen del díptico Des mourants (los moribundos). Y entonces, él mismo reescribe la historia y se personifica en el protagonista emprendiendo un poético viaje por el Hades para encontrar aquello que le haga recuperar las ganas de vivir. Para ello viaja a Atenas, coge un taxi y se deja llevar a los rincones oscuros del mundo de los muertos.
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