Es admirable la capacidad de innovación y de dejarte boquiabierto que tiene la compañía Projecte Ingenu, y es que esto es la garantía de sus montajes.
Como ya hicieron con Yerma, dotando de más belleza, si cabe, a este texto, que recuerdo con mucha fascinación, ahora a inFAUST encontramos un nivel de experimentación llevado al límite donde lo que rompe la cuarta pared no son las intervenciones de los actores, sino la misma puesta en escena. La ambientación te coge, te atrapa, te invade y no te suelta hasta el último suspiro de la obra.
Una versión libre de Goethe totalmente actualizada que cuestiona nuestra forma de vivir provocando una reflexión absoluta.
La utilización de las luces, los efectos visuales y la dotación de significado al agua, que tiene una gran presencia escenográfica, que animo a descubrirla, es de una belleza que te deja pasmado en la silla y no para de sorprender a lo largo de cada escena.
He hablado primero de la escenografía, que aquí prefiero, y se merece, darle el nombre de mundo escénico, pero no quiero dejar en segundo lugar las grandes interpretaciones de los jóvenes actores, cada uno de ellos interpreta varios personajes y acciones diversas que, gracias a la proximidad de la escena al público, te hacen disfrutar.
Aprovecho para recomendar firmemente intentar degustar este montaje en primera fila.
La experimentación con la búsqueda de nuevas formas de explicar y representar el Fausto y las consecuencias de vender tu alma al diablo hacen de esta obra un imprescindible para dejarte llevar por los sentidos.