La obra maestra de Mouawad

Incendis

Incendis
16/06/2015

Wajdi Mouawad es ya un autor de cabecera para muchos de nuestros directores, y la verdad es que a pesar de sus excesos y de la repetición de algunas fórmulas se ha convertido en un referente en plateas de medio mundo. La primera vez que tuve constancia de él fue cuando presentó su tetralogía La sangre de las promesas en el Festival de Aviñón, causando una conmoción poco frecuente. Tiempo después pude disfrutar de una parte de aquella tetralogía, concretamente de Incendis, en la interesante versión cinematográfica de Denis Villeneuve. Y ya por fin en el 2012 llegó al Romea de la mano de La Perla 29, consiguiendo de nuevo un éxito clamoroso y merecido.

Una de las principales virtudes de esta obra es la habilidad que tiene a la hora de mezclar política, denuncia y tragedia. Pocas veces ha conseguido Mouawad que casaran tan bien los tres ejes de su dramaturgia, hasta el punto que alguien hablaba en su momento de ecos shakespirianos. En la versión de Oriol Broggi estos ecos aumentan con una escenografía simple pero muy telúrica, con unos efectos sonoros muy acertados y con un trabajo interpretativo de alto nivel. En este sentido, destaca la pareja formada por dos primeros espadas de nuestro teatro, Clara Segura y Julio Manrique, muy bien secundados por Màrcia Cisteró, que gracias a su personaje en Incendis se convirtió en una de las grandes revelaciones de esta compañía. Una compañía que Broggi cocina a fuego lento en los fogones de la Biblioteca de Catalunya y que con pocos años ha conseguido una legión de seguidores.

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