Admito que fui más por ver intérpretes que nunca decepcionan y a quienes hace años que sigo que por la impro, que es un género con el que me cuesta conectar. Quizá es que, como la magia, sé que hay truco, mucho, mucho trabajo de ensayo detrás y percibimos una ilusión. Bueno, pues menos mal que fui. Hacía tiempo que no reía tanto ni veía a los actores pasarlo tan y tan bien, casi tanto como el público.
La particularidad de esta propuesta de impro es la vertiente musical, el hecho de crear también canciones a partir de conceptos inconexos. Ver cómo, partir de las sugerencias que el público hemos dejado escritas al entrar, desarrollan historias delirantes, absurdas, locas y lo dan todo en un desenfreno colectivo, es toda una fiesta. Y por si fuera poco, se ponen trabas argumentales unos a otros provocando sus -y nuestras- risas.
Con Roger Julià (Rhümia) en la parte instrumental y Rai Borrell (registros interminables, voces, acentos), como guías, se suman nombres con trayectoria y talento demostrado en el género musical: Xavi Duch (Sugar), Jordi Coll ( Hair), África Alonso (Rent), Clara Solé (Fun Home) … más invitados sorpresa.
Como cierre hilarante, un número final absolutamente surrealista donde usan el resto de sugerencias que aún no han salido al espectáculo, una tras otra, en un ritmo frenético y donde lo dan todo.
En resumen: diversión asegurada, con menos parte musical de la que esperaba, en un ambiente gamberro, travieso, simpatiquísimo y absolutamente cómplice con el público.