“Iaia, memòria històrica” es un homenaje a tantas y tantas mujeres que, desgraciadamente, ya no se encuentran entre nosotros o están perdiendo los recuerdos. Así, además de experiencia teatral, es un ejercicio de memoria histórica de la de verdad. Alba Valldaura, directora, autora e intérprete es la iaia (la de Alba, pero son muchas), que nos cuenta su vida mediante recuerdos diseminados, con una naturalidad total. Una vida como tantas pero no por ello menos singular: la guerra civil, el cortejo, la represión, el exilio, el hambre, la cárcel, la alegría del primer amor, la tristeza de la pérdida, la violencia doméstica … Vemos / revivimos sus recuerdos con canciones, teatro gestual, de sombras, de objetos …. Quizás tantos lenguajes acaban difuminando la interpretación de Alba (a mí personalmente, me hubiera encantado que toda la obra fuera la narración de la iaia, real, inconexa, tierna, un poco infantil …).
Como dice la iaia, podemos pasar página del pasado, pero primero hay que leerlop. No hay grandes discursos políticos, salvo algún referente histórico recreado; el día a día que cuenta es elocuente por sí solo como denuncia y recordatorio de que soportó tanta gente.Y a todo esto, ríes. Y seguro que alguien llora. Lo tiene todo.
Lo menos mejor: quizás sea buscado, como los miles de recuerdos que atesoramos, cada uno importante por sí mismo, pero puede terminar siendo una sucesión de vivencias más que una vida.
Lo mejor: Alba Valldaura nos ofrece una interpretación memorable. Su transformación física en una iaia muy, muy mayor es absoluta: tics, habla, ¡la mirada !, voz, entonación, pausas, movimientos … No sólo eso sino que además abandona y recupera el personaje de forma inmediata.