Hemos asistido hoy a una maravilla teatral fruto de la combinación de un texto perfecto, una magnífica interpretación y una dirección impecable.
El autor Gabriel Calderón, dramaturgo y director, representante del teatro uruguayo actual, es muy prolífico y algunas de sus obras se han representado en Catalunya como “La ira de Narciso” en Temporada Alta o “Que rebentin els actors” en el TNC en 2015. Este texto que nos ocupa está muy bien traducido al catalán por Joan Sallent.
El texto entrelaza tres capas diferenciadas: la historia personal del actor, la obra shakespeariana de Ricardo III en su versión más cruel del histórico personaje y el montaje de la obra de teatro con todos los problemas del mundo teatral aliñado con críticas a las dificultades por las que atraviesan los actores, directores, productores, técnicos, etc. Las tres capas están perfectamente tejidas pero diferenciadas por cambios de lenguaje (verso o prosa), actitud o pequeños detalles de vestuario según el momento. Es un juego entre la obra, el público y los técnicos del backstage que le dan a la obra una gran comicidad. La dirección del propio autor hace que cada una de ellas tome un color, una luz, un matiz diferente en un juego entre cómico y dramático pero resaltando en las tres capas la necesidad de las personas de sobresalir por encima de las demás. La envidia, la ambición, el poder y la necesidad de conseguirlo está presente en toda la obra.
Este monólogo es interpretado por Joan Carreras por lo que fue galardonado con un premio Butaca y un finalista a premio Max al mejor actor. No hace falta añadir nada a todos los elogios que ha recibido y que corroboramos plenamente. Carreras tiene una facilidad de declamar un texto difícil y mutable y una gran versatilidad interpretativa. Sin embargo valoramos el gran esfuerzo y el difícil trabajo de un actor en solitario. Él es Ricardo III, su madre, Lady Ana, Juan, el director del espectáculo, las productoras, el actor joven, las actrices, todos.
El pasado año vimos a Joan Carreras interpretando el Macbett de Ionesco, versión satírica del Macbeth de Shakespeare sobre la corrupción asociada al poder absoluto y a la tiranía. Hemos visto cómo Carreras, a pesar de la dificultad de este Ricard, se encuentra a gusto con las obras del bardo de Stratford-upon-Avon.
La escenografía de Laura Clos está presidida por una gran butaca (el trono de Ricardo III) pero se utilizan muchos más elementos que están allí en escena esperando atentos y vigilantes que el actor, de forma sorprendente, a veces mágica, les vaya dando sentido y vida.