Hamlet y Segismundo son los dos grandes personajes del teatro barroco, e incluso podríamos afirmar sin equivocarnos mucho que son dos de los grandes personajes teatrales de todos los tiempos. Sus personalidades y su objetivo principal son más similares de lo que parecen, puesto que en ambos casos hay un espíritu vitalista, una curiosidad enfermiza por la existencia humana y un gran interés por llegar a la esencia de las cosas, especialmente de la libertad. En esta obra de la Compañía Ensemble hay varias capas de realidad, donde se mezclan supuestos diálogos entre los dos personajes con las vivencias de tres amigos en época actual… Y por el medio, fragmentos de todos conocidos y pequeños monólogos que nos transportan a algunas de las grandes páginas del teatro universal. Si a esto añadimos drogas y sexo ya tendremos este cóctel explosivo que interpretan Pol Forment, Alberto Trejo y Núria Llausí. Una mezcla importante y ciertamente inconexa que no acaba de cuajar, sobre todo por la incomprensión que provoca la historia y por el forzado encaje de los textos clásicos en una trama que hubiera podido volar por sí sola… sin necesidad de referentes ni de excusas literarias. Aún así, se agradece que las compañías jóvenes exploren, investiguen y se atrevan a perder el respecto a los grandes clásicos, a pesar de las equivocaciones o los desaciertos…
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