A esta crisis económica que sufrimos desde hace siete u ocho años ya sólo le faltaba un musical, y ahora tenemos el honor de decir que ha sido un musical en catalán y hecho con todo el empuje que aporta un grupo de actores y cantantes con un talento más que reconocido. Podríamos decir, por lo tanto, que el casting es bueno, la partitura muy acertada y pegadiza, y las historias ágiles y bien cruzadas. Pero, dicho todo esto, ¿qué es lo que falla? ¿Por qué no estamos ante un musical triunfador, que emocione desde el primer minuto? Se me hace difícil dar con las posibles trabas, pero después de pensarlo mucho creo que es el enfoque del libreto -posiblemente ya proviene del libro en el que se basa- y la manera que tiene de pintar una crisis, que a pesar de ser devastadora en algunos casos, no acaba de encajar con los personajes presentados. Me creo más los falsos testimonios que van punteando el argumento a base de divertidos vídeos, que no la chica que vive de aprovecharse de amigos con dinero o el ex-modelo que roba bicicletas en Holanda para revenderlas en Barcelona… Me sobran, además, el tono apocalíptico de algunas canciones y alguna lección moral prescindible que aparece hacia el final. Son pequeños detalles que, a pesar de todo, no llegan a empañar el riguroso y sincero trabajo de todo el equipo.
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