Un brecht con sensibilidad

Fusells

Fusells
06/02/2016

Es curioso cómo, a pesar de la gran influencia que ha tenido Bertolt Brecht en la manera de entender el teatro contemporáneo, al final, parece que el espíritu dramático y emocional generalizado ha acabado ganándole la batalla a la épica de sus obras. El dramaturgo y director Daniel J. Meyer, con valentía y decisión, presenta en esta adaptación de Los fusiles de la señora Carrar una propuesta que evita deliberadamente la frialdad de su texto, la sensación de distancia, de relato y neutralidad narrativa. Desde la medida y correctísima interpretación de los actores hasta el entorno visual o las canciones, el montaje transmite ternura y sensibilidad, buscando desde el primer minuto tocar la fibra al espectador. A pesar de que no consigue emocionar del todo, debido a que el texto se dedica, sobre todo, a exponer ideas, Meyer ha encontrado un equilibrio muy agradable para la mirada del público entre la tesis del autor y su gusto como director. Así, el espectáculo sale victorioso de una empresa más arriesgada de lo que parece. Quizás se hubiera agradecido algún intérprete de más edad por alguno de los personajes (a pesar de que la adaptación los justifica todos) y quizás algunas de las decisiones de vestuario son cuestionables. Sin embargo, la obra se aguanta con honestidad, humildad y una entrega total de todo el equipo que lo llena de vitalidad y un cierto idealismo muy saludable.

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