Fitzroy nos habla de unos personajes al límite de sus fuerzas y capacidades, y a la vez nos habla de retos y de desafíos. Pero en el fondo, la obra no deja de ser el retrato de cuatro mujeres que esconden sus conflictos o secretos, mucho más convencionales que el entorno que las rodea. Y es que la montaña del Fitzroy, situada en la zona patagónica de los Andes, es solo el decorado o la excusa. Si hubieran estado en una barca en medio del mar o en una peluquería de Sarrià el desarrollo hubiera sido muy similar, y la resolución a los problemas también.
Sea como sea, Jordi Galceran es un maestro a la hora de crear diálogos afilados, réplicas precisas y situaciones aparentemente banales que dan un gran resultado escénico. Aquí, el juego de formar frases entre todas supone un leit motiv original y divertido, al igual que aquellas “palabras encadenadas” que se jugaban en la pieza homónima del 1998. De todas formas, creo que se han corrido pocos riesgos y el planteamiento dramatúrgico juega sobre seguro. Hay humor –no siempre demasiado sutil- y algunas sorpresas o giros argumentales, a pesar de que el resultado no tenga nada que ver con El método Grönholm ni con otras piezas del autor. Estamos ante una comedia mucho más amable, muchos más previsible, que basa su originalidad en la premisa inicial y en el contexto en el que sucede toda la trama.
Como en otros comedias de Galzeran, los personajes tienen gran cantidad de matices y pasan por diferentes estados dentro de la historia. Solo cuatro grandes actrices podrían sacar todo el jugo, como finalmente así ha estado. Tanto Sílvia Bel como Sara Espígul o Natalia Sánchez juegan todas sus cartas, a pesar de que quizás es Míriam Iscla la que saca más partido con su personaje astuto y contradictorio. Todas ellas siguen a la perfección el ritmo que les impone Sergi Belbel, y recrean las vivencias de las cuatro escaladoras en un magnífico escenario que han ideado Josep Iglesias i Max Glaenzel. Un creíble paisaje alpino de paredes altísimas, convenientemente enmarcado en el escenario del Borràs.
Estamos sin duda ante uno de los éxitos de la temporada. Se esperaba desde hace tiempo un nuevo texto del autor, y estoy seguro que la propuesta no decepcionará a los fans en absoluto. Ahora bien, creo que la calidad de todo el equipo implicado –tanto el artístico como el técnico- quizás auguraba una cumbre algo más alta…