Dramma giocoso

Filumena Marturano

Filumena Marturano
04/08/2021

La Perla 29 nos ha ofrecido este verano una Filumena Marturano que ya tiene nominaciones en Teatre de Barcelona.

Aunque Eduardo De Filippo ha sido llevada a la escena catalana con títulos como “La gran il·lusió” (1988), “L’art de la comèdia” (1992), “la Filumena Marturano” (1995) “Dissabte, diumenge i dilluns” (2002) o “Questi fantasmi” (2010) y algunas más, ha sido injustamente poco representado en comparación con otros dramaturgos del siglo XX a pesar de ser uno de autores más prolíficos del siglo pasado.

Tuvimos la oportunidad de ver en streaming un ensayo abierto de la obra. Me sorprendió y fascinó la manera de dirigir de Oriol Broggi. Paraba la representación con gran discreción como pidiendo perdón, sugería más que corregía y pedía opinión a todos los intérpretes sobre una frase determinada de alguno de ellos. Esta dirección tan cuidada y participativa hace que el resultado de la obra de Filippo sea impecable.

Broggi que además de director es el escenógrafo de la pieza, mueve la preciosa sala de la Biblioteca de Catalunya con su maestría habitual. Con un inmejorable aprovechamiento del espacio, crea una disposición escénica que permite una entrada de servicio y la posibilidad de subir a la parte noble de la casa de Soriano.  Desde los muebles hasta la iluminación de Pep Barcons, todo envuelve elegantemente las palabras de Eduardo de Filippo.

Como muchas obras de este autor, Filumena es una pieza cómica pero también dramática. Como es habitual en él, es capaz de mantener todo el rato la comicidad y hacer una crítica mordaz del papel de la mujer a principios del siglo pasado. Filumena, exprostituta y mantenida por un acaudalado napolitano es despreciada, humillada y tratada como a una sirvienta durante 25 años durante los cuales ha ayudado a sus hijos, a escondidas, con el dinero de Domenico. Él, mientras tanto, va teniendo otras amantes más jóvenes y ella trama su venganza simulando una muerte próxima que lo incita a casarse “in articulo mortis”.

Como si de la Caballé cantando su famosa Casta Diva se tratara, el monólogo de Filumena (imponente Clara Segura) explicando los motivos de su engaño, provocó un silencio en la sala que se podía cortar. Era tal la emoción por su magnífica interpretación que, en un teatro de ópera, el público hubiera pedido un bis. A pesar de ser una obra de Prima Donna, Enrico Ianniello, borda el papel de amante, marido engañado y hombre rico napolitano. El trabajo de la pareja es formidable. Los hijos que aparecen más tarde son Jordi Llovet (el camisero elegante), Josep Sobrevals (el honesto obrero) y Sergi Torrecilla (el poeta inseguro).

Los demás intérpretes secundarios son el abogado (Xavier Ruano), Eduard Muntada, Montse Vellvehí y Carla Vilaró. Todos mantienen de manera brillante la fuerza cómica y dramática de la obra. Marisa Josa, la madre en “La reina de la bellesa de Leenane” es ahora la criada fiel, eternamente agradecida a la señora que la acogió a su servicio en un momento de mucha necesidad.

Broggi saca provecho de todo y de todo el mundo haciendo que la pieza sea más fresca y participativa. Incluso él mismo o los técnicos desde su cabina intervienen en algunas escenas.

Al aire queda el final de Filumena. Queda abierto a cada uno de nosotros. Podemos volver y pensar tantos finales como nos plazca. En setiembre vuelven.

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