Nunca sabremos bastante de Federico Garcia Lorca. Desde sus poemarios hasta las obras de teatro, Lorca es un pozo. Y lo habría sido más de no haber sido asesinado. El hecho de morir al principio del golpe de estado contra la República lo convirtió en un mito.
Federico García es una biografía basada en entrevistas a familiares lejanos y expertos en literatura en forma de composición estática y muy apoyada en un buen cuadro flamenco. Es una obra documental cuidada hasta el último detalle y con la utilización de medios técnicos sencillos pero muy impactantes. Se trata únicamente de un telón que separa los actores del espectador en el que se proyectan los videos de las entrevistas, paisajes de la Andalucía natal de Federico, de NY o Cadaqués. En este telón también se proyectan dibujos de Lorca en un tono naíf seguramente influidos por el cubismo de Dalí. Este sistema de proyección de ambientes le da un aire muy mágico y su interacción con los actores es excelente.
Este intento de recordar al poeta y a su obra se queda en un excesivo homenaje al flamenco en su expresión de cante y baile. Tanto Mariola Membrives (que canta mejor el Cante Jondo que las canciones de la America de los años 20), como José Maldonado con su baile flamenco impecable, entusiasman tanto al público que no puede dejar de aplaudir después de cada taloneo final. Este fervor lo favorece la dirección con un oscuro después de cada actuación. Rycardo Moreno y David Domínguez ya han tocado juntos en otras ocasiones la guitarra y la percusión respectivamente. Una pareja impresionante.
Pero Lorca queda resentido con este entusiasmo por el Jondo. En 1927-28 mientras sus obras “Canciones” y “Primer romancero gitano” tenían un gran éxito crítico y popular, él sufrió la crisis más profunda de su vida. Con este éxito Lorca se veía como costumbrista, defensor de los gitanos y muy ligado al folclore andaluz. A él le molestaba el mito de “la gitanería”. Los gitanos para él eran únicamente un tema. Se sentía encasillado y no quería que le pusieran cadenas. Y lo he entendido. Hubiese preferido escuchar más textos y poemas de Lorca de la voz profunda y conmovedora de Pep Tossar.
En resumen, esta obra es un extraordinario documental para la TV o el cine. Se podría haber contado una historia más amplia e incluso más imaginativa para romper con este sabor a biografía documental.