Admito que nunca he entrado en el mundo brossiano (pese a que el surrealismo y el absurdo suelen interesarme y hacerme sonreír bastante) así que no es «culpa» de los intérpretes y creadores que no conectara con la propuesta. O mejor dicho, que no entendiera mucho de la misma. Y entonces, ¿por qué fui? Pues por los nombres. Roger Torns fue el responsable, por ejemplo, de la espléndida «Sol·liloquejar amb algú», que vimos también en La Seca, Laura Daza hace tiempo que sigo su trayectoria y Anna Herebia siempre me ha gustado mucho en diferentes musicales ( «Rent», «Aquests cinc anys»…)
En «Estrip-tesi» hay, creo, la esencia brossiana, juegos de palabras bien ingeniosos e interesantes, poesía visual, y, como vemos en un fragmento de un reportaje sobre su obra, varios lenguajes escénicos, ya que no creía mucho en las fronteras entre disciplinas. Así, hay teatro de objetos (delirante con muñecos y persecuciones), proyecciones en directo, música … y una entrega total de los tres actores. Y sí, hay un striptease, inesperado, como toca con Brossa. Y, como he dicho, bastante cosas no las entendí ni capté su relación con el resto de la obra, donde se habla de un parque temático cultural (apropiación política de la cultura?) con estrambótica inauguración y acceso limitado al público (no sea que abracen la poesía).
En fin, se nota que hay mucho trabajo e investigación detrás de esta creación. Que yo no conectara más que parcialmente va más a mi debe que al de la compañía, entiendo, y al menos sí disfruté de sus interpretaciones con varios registros,