Desconexión a todos los niveles

Estima'm que tinc pressa

Estima’m que tinc pressa
27/01/2019

Una pareja que llevan mucho tiempo juntos, pero con el paso de los años, ha llegado un punto en que no saben hacia donde van. Saben que se quiere, de eso no hay duda, pero también saben que les falta algo para ser felices como antes. El deseo sexual se ha ido, como las ganas de pasar el rato y hacer cosas juntos. La solución “fácil” sería dejar la relación, dejar de vivir juntos y romper la rutina que los atrapa. Pero no quieren. Aún con las dificultades, intentan encontrar una solución para continuar juntos. Esta es la premisa de esta obra. La búsqueda por encontrar aquello que ayudará a la pareja a continuar juntos.

La historia aborda un tema universal, el amor de pareja y sus dificultades. La crisis en la pareja y como se puede afrontar. En todo momento, el texto deja claro que la comunicación es el eje clave para conseguir esta solución, y la pareja lo intenta de todas las maneras. Comunicación verbal, no verbal y gestual. De hecho, el movimiento, la danza y la música son elementos centrales y claves de este texto, como lo son en todas las producciones de la compañía Xucrut teatre.

La idea es muy interesante, pero no acaba de funcionar la producción. Falta aquel elemento que haga al espectador entrar en la historia, que le haga empatizar con los personajes a cualquier nivel (sentirse identificado o, por el contrario, crear una animadversión hacia ellos). En algún momento, público y personajes tendrían que crear un lazo que haga al espectador partícipe del espectáculo, y esta narrativa no lo consigue. Los movimientos de los personajes cuando se quieren expresar a través del cuerpo y no la palabra, como algunos de los momentos musicales, hacen que el espectador desconecte de golpe de la trama, provocando que cueste conectar otra vez.

Las interpretaciones de Ainhoa Roca y Albert Requena, la pareja protagonista, tienen altos y bajos a lo largo del texto. Hay algún momento para enfatizar la problemática o el drama de los hechos demasiado sobreactuado, especialmente por parte de Roca. Requena, por su parte, nos transmite un personaje más creíble y cercano, aunque también tiene algún momento surrealista. El entramatdo entre texto y puesta en escena no acaba de ser redondo y, esto, repercute en la sensación de todo el conjunto que tiene el espectador.

La puesta en escena, los elementos que ayudan a transmitir las diferentes situaciones de los personajes, es bastante acertada, pero eso no es suficiente para atrapar al espectador y dejarlo enganchado en la butaca deseando saber más y más de esta historia de amor universal.

 

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