Esta obra se escribió hace más de siete años y representada en París y Montreal con mucho éxito. El título te hace pensar que entrevistarán a mujeres conocidas por su papel en la historia y te coge por sorpresa. Las mujeres son excepcionales, la obra también.
Joan Yago nos ha sorprendido porque sitúa a las entrevistadas en la América más retorcida. La excentricidad e imaginación de Joan Yago supera sus propios límites ya conocidos en la Calórica. Como en la novela de Henry James, (The turn of the screw), él da una vuelta de tuerca a situaciones forzándola al máximo con el peligro de que se puedan producir problemas sobreañadidos. Y te mantiene alerta porque los temas son surrealistas pero muy creíbles. En ocasiones, es necesario hipertrofiar situaciones o ponerlas en clave de humor para hacer más visibles los anhelos y problemas de la sociedad occidental.
Con la ironía y el sentido del humor que le caracteriza, Joan Yago crea un texto fantasioso, excéntrico, exagerado pero lleno de verdades o corrientes ideológicas actuales como la congresista republicana defensora de las armas con la idea tan incrustada en la sociedad americana de la libertad individual y la defensa personal. Las otras tres son más esotéricas, la que defiende la belleza desde un mundo irreal, la libertad en la automedicación, la búsqueda de la inmortalidad o la más esperpéntica, la mujer atrapada en el cuerpo de una niña, lo que no está tan alejado de la realidad puesto que está plenamente aceptado el hecho de la persona atrapada en el cuerpo de otra de diferente género. La entrevistadora es Mònica Almirall y las intérpretes son de lujo Elisabeth Casanovas, Miranda Gas, Anna Barrachina, Muntsa Alcañiz y Yolanda Sikara.
Bajo la dirección de Mònica Bofill, el texto de Yago sale enriquecido y adquiere tintes de normalidad. Entre cada entrevista nos regalan canciones con música en directo interpretadas por las propias actrices. Joana Martí diseña una vistosa, móvil y luminosa escenografía en forma de diferentes espacios como cajitas que se abren y cierran. Los espacios a dos alturas, los rápidos cambios de vestuario y de objetos escenográficos le dan a toda la obra una gran agilidad y vistosidad.