Cada vez que un creador escénico con un cierto prestigio estrena una pieza tiene el reto de competir con su propia trayectoria. Cuando, además, como es el caso de Rodrigo García, hace tiempo que no pasa por Barcelona, la idealización del recuerdo puede jugar en contra por exceso de expectativas. Han pasado más de 15 años desde que pudimos ver algunos de sus montajes más memorables como Compré una pala en Ikea para cavar mí tumba o La historia de Ronald el payaso de McDonalds y hay que decir que, en esencia, la personalidad de este dramaturgo y director continúa intacta.
En esta ocasión, Enciclopedia de fenómenos paranormales Pippo y Ricardo es un ejercicio original donde se juega con la idea de una ciencia ficción precaria, castiza y antiestilizada. Tiene bastante gracia cómo apuesta por elementos toscos, terrenales, sucios y deliberadamente cutres para escenificar estos fenómenos paranormales con los que estamos tan familiarizados (en otro registro) gracias al cine americano. El problema, sin embargo, es que la propuesta se agota demasiado deprisa y, a pesar de que parece que se busque generar una atmósfera inmersiva, lo que consigue, al final, es expulsar al espectador por extenuación.
Llegados a cierto punto, la cosa vuelve a ponerse interesante gracias a la utilización de textos; paradójicamente, uno de los puntos fuertes de García. Estos tienen gran parte de su ingenio habitual pero, de igual manera, quedan lejos de sus mejores escritos. El conjunto, por lo tanto, resulta desigual. Es una experiencia arriesgada y curiosa que merece la pena ser vista pero, al mismo tiempo, transmite una cierta desgana artística. Parece que Rodrigo García está intentando reinventarse y, seguramente, esto es solo un episodio de esta transición. Mientras esperamos expectantes hacia dónde se dirige su sello, personalmente, espero mucho más de uno de sus espectáculos. Y, puestos a evolucionar, no estaría mal añadir de paso una mirada de género sobre algunos de sus contenidos que, en 2019, ya no se perciben de la misma forma que antes.