Empezaré hablando de Martin McDonagh, aunque no haya intervenido para nada en este montaje ni aparezca tampoco en la ficha artística. Pero quien conoce, aunque sea de lejos, al autor británico-irlandés seguro que le sonará su mundo y su imaginario en este pequeño homenaje o tributo que le ha hecho Víctor Borràs. Y es que desde un buen comienzo la lluvia, la pequeña cabaña donde pasa la acción, el tema de los huesos y los referentes irlandeses nos remiten a la obra de McDonagh. Una fuente de inspiración inevitable, puesto que las mejores obras del autor se han estrenado en nuestros teatros (La reina de bellesa de Leenane, El tinent d’Inishmore, L’home dels coixins o La calavera de Connemara) y, de alguna manera u otra, han inspirado los textos de muchos dramaturgos aquí y por todas partes.
Borràs sitúa la acción en un pueblo de Cataluña, aunque no somos conscientes de ello hasta después de un rato: tres hombres en un pequeño espacio durante toda una noche, mientras afuera cae un auténtico diluvio. Pronto aparecerá un secreto del pasado, una misión a cumplir y un juego escénico que fluctúa entre gritos, reproches y algunas resoluciones escabrosas. Muy al estilo de McDonagh, a pesar de que aquí la violencia sea más psicológica que física. En el fondo, son tres amigos que han pasado por circunstancias complicadas, pero que han crecido juntos, que tienen mucho en común y que, para bien o para mal, seguirán unidos para siempre.
Los tres protagonistas son interpretados por tres actores que encajan a la perfección. Ivan Benet, Norbert Martínez y un sorprendente Ernest Villegas ponen todo su talento a disposición de un texto que en ocasiones da demasiada vueltas sobre sí mismo y que en otros descubre demasiado pronto sus cartas. Aun así, es un texto que funciona por su comicidad y que convence al público rápidamente, gracias también a la enérgica dirección de Xavier Ricart. Por cierto, ahora me doy cuenta que Ricart fue uno de los actores de aquel Teniente de Inishmore que se hizo hace veinte años en el TNC… ¿Casualidad? Quizás sí o quizás no.