Ingvar Ambjørnsen es un autor noruego que escribió Elling en 1966, una serie de cuatro libros para jóvenes. Ésta es la obra más conocida tanto en Noruega como fuera del país. La novela Brødre y blodet (Hermanos de sangre) está incluida dentro del grupo Elling. Posteriormente fue llevada al cine, con guión de Axel Hellstenius, en colaboración con Petter Naess estrenada en 2001. La adaptación teatral de la novela la debemos a Simon Bent. La adaptación teatral recoge el título de la serie de relatos.
Es una comedia profunda en clave de humor de una pareja de chicos (David Verdaguer y Albert Prat) con problemas psíquicos, ingresados en un centro psiquiátrico y que salen a un piso tutelado del Ayuntamiento de Oslo para que se reintegren en la sociedad supervisados de cerca por un educador social, Òscar Muñoz. En el proceso de normalización de su vida van apareciendo personajes como Albert Ribalta, un poeta famoso retirado, elegante y refinado o Queralt Casassayas que desempeña varios papeles con la facilidad que la caracteriza.
Pau Carrió dirige con mucho acierto a todos ellos dando a la obra la agilidad precisa para que los dos actores principales David Verdaguer y Albert Prat puedan expresar sus diferencias, sus dificultades personales, su frágil pero intensa relación con el humor justo para que la ironía no ridiculice la situación. Ambos hacen un trabajo de interpretación magnífico por las dificultades que suponen sus problemas, inseguridades, miedos y desconocimiento del medio y de sí mismos. Se va tejiendo poco a poco una necesidad de ser cada uno ellos mismos sin separarse del otro.
Elling es un canto a la amistad que puede surgir en cualquier momento y en las circunstancias más extrañas. Instituciones como las hospitalarias, psiquiátricas o penitenciarias son la cuna de grandes y perdurables amistades ya que las situaciones difíciles crean lazos insospechados en otros momentos. Y es eso lo que les ocurre a los dos compañeros de Elling.
La escenografía de Sebastià Brosa es una maravilla, elegante, sobria, eficaz por su gran versatilidad y que va cambiando fácilmente de espacios con pocos elementos que encajan de forma exacta.
La obra es una lección, un aprendizaje para la aceptación de la diversidad funcional y concretamente la discapacidad psíquica con sus problemas para la adaptación. La diversidad es lo que nos une y en esta obra los acerca un poco más a la sociedad a la que también pertenecen.