Pocas veces podemos decir que todos los elementos que forman parte de una representación teatral son perfectos… y esta es una de ellas. Las interpretaciones de los dos principales protagonistas, son brutales y la dirección de Carme Portaceli nos ha dejado sin palabras…
Ninguno de los dos papeles son «amables» para el espectador, más bien todo lo contrario, porque provocan rechazo y asco a niveles insoportables… pero dentro de este rechazo, el escritor ha dado un papel más «humano», por decirlo de alguna manera a la Presidenta interpretado por Rosa Renom; Francesc Orella en realidad lleva el peso más importante de la obra, pero tiene la desgracia de interpretarlo cuando muchos espectadores han empezado a mirar el reloj y a removerse en su silla. Rompo una lanza pues para valorar el magnífico trabajo interpretativo de Orella.
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