Nuestro teatro, afortunadamente, tiene cada vez menos complejos a la hora de abordar temas que estamos más acostumbrados a ver en obras de autores extranjeros o películas norteamericanas. Escrita y dirigida por Aleix Fauró y Isis Martín, El pes del plom es un thriller político narrativamente muy bien estructurado que no tiene nada que envidiar a historias parecidas que hemos visto en films producidos en los Estados Unidos. Este aire cinematográfico, precisamente, le da una intensidad que impacta con fuerza contra el espectador desde el primer minuto. Además, la intriga resulta atractiva y verosímil, gracias a una buena dramaturgia y unos actores que hacen un gran trabajo, tanto físico como interpretativo. No obstante, algunas secuencias visuales se ejecutan de una forma un poco demasiado efectista y, en no pocas veces, se abusa de los gritos para expresar la desesperación y la angustia de la tragedia que se nos explica. Quizás hubiera sido conveniente buscar otros recursos que matizaran las escenas de más conflicto que, por cierto, contienen grandes diálogos, muchos de los cuales no se aprecian del todo con tanto alboroto. De hecho, probablemente, la escena más brillante es la de la entrevista, cosa que demuestra el alta calidad del texto. Aparte de esto, se podría haber acortado un poco su duración (en favor del ritmo), como ejercicio reivindicativo es valiente, cautivador y comprometido, y recupera una línea temática (el tráfico de armas) casi olvidado en nuestros escenarios, a pesar de su actualidad y ser (en términos reales) bastante alarmante.
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