Es un texto del guionista y dramaturgo Anthony McCarten “The Pope” que fue llevada al cine por Fernando Meirelles (2019) con el título “The Two Popes”.
Son muy escasas por no decir nulas, las obras de teatro que tratan de política eclesiástica. Es un mundo muy cerrado al que no se puede acceder fácilmente. Sin poder evitarlo nos remontamos a siglos atrás para adentrarnos en las profundidades pontificias más oscuras y las guerras en las que se enzarzó la Iglesia para defender su inmutable e inviolable manera de pensar. Por eso creo en el interés que despertará este diálogo entre los últimos dos Papas en vida, uno de los cuales, Benedicto XVI renunció al papado, lo cual sorprendió mucho ya que son cargos vitalicios. Su sucesor fue Francisco (2013) de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, de origen argentino. Curiosamente, el Papa Benedicto de nombre seglar Joseph Aloisius Ratzinger, ultraconservador y nada amante de destapar los escándalos que había desprestigiado tanto a la Iglesia, ya había pensado en Francisco como su sucesor, totalmente contrario a su manera de ser y pensar. Para esta obra McCarten se documentó y escribió una interpretación libre con la que entra en el mundo más íntimo de los dos y consigue conmovernos por su sinceridad y emotividad.
Dirigida por Guido Torlonia, Benedicto XVI es Lluís Soler y Francisco es Xavier Boada, dos amigos de la infancia en la vida real por lo que se percibe una gran complicidad. Son dos excelentes actores con una larga trayectoria teatral y no nos ha sorprendido nada su gran trabajo actoral.
A través de sus diálogos, a veces tensos, en otros en forma de conversación distendida o divertida y algunas salidas cómicas, nos ponen de manifiesto las miserias y grandezas de la Iglesia. A pesar de su duración, la obra transcurre con fluidez. La escenografía de Paula Bosch funciona gracias a las proyecciones sobre pared de los jardines de Castel Gandolfo, de la bóveda de la Capilla Sixtina o de un barrio obrero de Buenos Aires y gracias también a la participación de la monja que cuida al Papa, el buen trabajo de iluminación de Lluís Serra y la música sacra que acompaña en momentos puntuales. Todavía estoy pensando si tiene algún significado la imagen final de los dos Papas de blanco saliendo a dar la Bendición Papal.
