El precio de la sinceridad

El misantrop

El misantrop
29/12/2024 - Teatre Lliure – Montjuïc

En una sociedad de fachada, la sinceridad es un peligro. ¿Hasta qué punto, sin embargo, un valor tan venerado puede convertirse en una trampa? ¿En qué momento la transparencia puede convertirse en el propio trullo? ¿El riesgo de la sinceridad, si fracasa, si el oído que la recibe no está suficientemente educado, no puede alimentar aún más la hipocresía de una mayoría que sólo actúa guiada por la apariencia? El idealismo puro puede ser un verdadero salto al vacío.
En El misántropo, Molière pretende hacer una crítica a la sociedad aristocrática de mediados del siglo XVII. En ese momento, el autor atraviesa unas complicadas circunstancias personales que le hacen ver el mundo y, en general, el género humano como una selva, una madriguera de falsedad, un vacío de valores… y toma a Alceste, el protagonista, como vehículo de su inquietud. Él, enamorado de Célimène, es muy torpe en las relaciones con los personajes que le rodean por su exceso enfermizo de sinceridad, y su poca traza destruye poco a poco el mundo donde se mueve. Ella, explosiva, dinámica y vital, se agota por la desconfianza de Alceste, que recela de lo que interpreta como flirteos de su amada con Clitandre. Y todo se va por el pedregal.
La adaptación convierte a este clásico en una pieza plenamente contemporánea. Y es que a esta sociedad, la actual, no le faltan ejemplos de individualismo e hipocresía. El dramaturgo Sergi Pompermayer sitúa la historia en la sede de una empresa discográfica y firma un brillante y atrevido ajuste del texto en consonancia a los signos de nuestro tiempo. Música en directo y canciones conforman el latido del espectáculo. Tal vez se exceda con ingredientes glamurosos (viajes, festivales… quizás no hacía falta) que guardan una distancia excesiva respecto a los elementos que en esencia estructuran la historia. Con un Pol López espectacular, se disfruta profundamente de las razones y pensamientos que expone el protagonista, y éstos a menudo están a un nivel superior del que ofrece el resto de intervenciones, Mireia Aixalà y Norbert Martínez aparte (espléndidos).
La dirección de David Selvas conduce la trama con ritmo, en un contexto escenográfico remarcable, ágil, visual y cautivador. El efecto de las imágenes, cámara en mano, en vivo, es impactante y eficaz para situar al espectador en la atmósfera del espectáculo.
Molière parió el texto en verso, y la versificación de esta adaptación, a cargo de Pablo Macho Otero, es algo más que acertada y actual. De tan versátil y viva, los actores y actrices la interpretan como si fuera prosa, y engancha de forma mágica.
El misántropo que lleva a escena Brutal invita a reflexionar sobre dónde hemos llevado o dónde nos ha llevado nuestra sociedad, su esencia y el papel que cada uno juega, si ésta nos deja. Sinceramente, muy recomendable.

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