La ascendente trayectoria del Mago Pop, después de su éxito en los escenarios de varias ciudades y su reconocido programa de televisión en Discovery Max, auguraba que su nuevo espectáculo (con el que inaugura también el reformado Teatro Victòria del cual es ahora el propietario) sería un gran acontecimiento. ¡Y así ha sido! El Mago Pop tiene claro que él mismo es el producto, además del empresario, y, por lo tanto, todo el marketing del show y del teatro gira en torno a su figura. ¡Y le funciona! Porque una de las otras cosas que tiene muy claras Antonio Díaz es que no solo de marketing se sostiene una empresa de estas dimensiones. Por eso, Nada es imposible está concebido también como un gran espectáculo de ilusionismo, de gran presupuesto y una altísima calidad artística al nivel de muchos montajes de Broadway. Resulta verdaderamente impresionante ver aquí una puesta en escena con trucos de una ingeniería escénica que no hemos visto ni en los grandes musicales de Barcelona. Dirigida por el Mag Lari, la propuesta del Mago Pop es impecable, sorprendente, con una factura apabullante, un ritmo frenético y un sentido del humor irresistiblemente carismático. Usando su infancia y su vida como leitmotiv, Díaz se marca casi dos horas de relato inspirador e ideas fascinantes para dejar todo el mundo con la boca abierta. Es increíblemente satisfactorio ver como se pueden hacer las cosas tan bien, con tan buen gusto, tanto talento y, además, reivindicando de paso la magia como arte escénica desde la propia belleza de la disciplina. El Mago Pop se merece todos los éxitos que obtenga que, no tengo ninguna duda, van a ser muchos.
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