La vida es lo que transcurre entre una comida de Navidad y la siguiente. Si miramos las fotos de nuestras últimas comidas de Navidad, seguramente veremos más o menos las mismas caras y actitudes muy similares en los protagonistas. El llarg dinar de Nadal nos muestra noventa años de una familia condensados en estas comidas que, en el fondo, son siempre la misma. Con unas interpretaciones increíbles y delicadas en las que vemos envejecer a los actores ante nuestros ojos son la ayuda de ningún tipo de maquillaje, La ruta 40 presenta un montaje conmovedor sobre la familia y la pérdida. Una reflexión lúcida, emotiva y emocionante sobre el paso del tiempo y el recuerdo. Un montaje pequeño pero lleno de matices.
Solo os queda una semana para disfrutarlo. ¡Dáos prisa!