“El futbol es así”, ¡qué frase más utilizada! Especialmente cuando las cosas en un equipo de esta disciplina deportiva no salen como se esperaba. Este es el lema elegido para exponer, nada más empezar, como irá todo en la nueva obra musical de Xavi Morató. Eso sí, Morató ha querido poner énfasis en un aspecto concreto de este deporte: el tabú que hay alrededor de los jugadores homosexuales. A estas alturas, la orientación sexual de cualquier persona nos tendría que dar igual, trabaje en el sector que trabaje, pero sí que es verdad que el futbol masculino es, y ha sido, el escaparate de la heterosexualidad durante toda su historia.
Con esta narrativa, Morató quiere exponer la indudable homofobia en el deporte rey del Estado Español. La trama nos muestra a Maxi, el nuevo fichaje del equipo Mercuri. El problema surge cuando el nuevo jugador decide que quiere dejar de esconder que es gay, y parece ser que la “imagen” de este deporte no se puede desvirtuar con esta noticia.
Durante las dos horas que dura la obra –con entreacto- se exponen todos los tópicos del futbol y del periodismo deportivo, calcando la realidad que podemos ver cada día en cualquier medio de comunicación: noticias que, en realidad, no lo son; pasiones encontradas en el campo de futbol, en la grada y en los despachos; obsesiones derivadas de este deporte de masas; y un largo etcétera de situaciones ante las cuales no podréis parar de reír por su verosimilitud con la realidad.
Toda la producción está hilada al detalle. Ya antes de comenzar la obra, la compañía nos da la bienvenida como si estuviésemos en medio de una retransmisión deportiva, preparando al público para todo lo que vendrá. Guión divertido, trepidante y lleno de crítica implícita en cada diálogo. Un grito a la libertad y la igualdad en todos los ámbitos, que quiere hacer reflexionar al espectador.
Las risas están aseguradas, no solo con el texto, sino también con los personajes y los actores que le dan vida. Entrega total de todos ellos en cada nota, en cada palabra, en cada movimiento. Especialmente adictivas son las interpretaciones de Gerard Sesé, Mònica Macfer Y Berta Peñalver, que no permiten en ningún momento que el espectador decaiga, aferrándolo a la sonrisa perpetua.
Brillante y alegre, recomendada para todos, ya sean amantes de los musicales o no y sean apasionados del futbol o no, porqué en esta obra, el futbol es así de divertido.