Exceso de crispación

El coratge de matar

El coratge de matar
28/10/2016

Desde un buen principio el dramaturgo nórdico Lars Norén fue conocido como el nuevo Strindberg, a pesar de que con el tiempo y la transformación de su obra también se le podrían buscar similitudes con Harold Pinter. De hecho, entre ellos dos hay tantos parecidos como diferencias. Ambos coinciden muchas veces en algunos puntos de partida o en el enfoque de determinados personajes, pero el desarrollo y la manera de afrontar el conflicto es bastante diferente. En El coratge de matar incluso podemos encontrar algún antecedente de la pinteriana Qui a casa torna, pero Lorén enseguida lleva sus personajes hacia la crispación y el enfrentamiento. Supongo que esto es lo que más cuesta de gestionar, porque en la producción del TNC tenemos unos personajes excesivamente crispados, una carencia de matices y un subtexto que no acaba de aflorar. Todo ello en medio de un magnífico, a la vez que gratuito, espacio escénico. Sé que se quiere jugar con elementos simbólicos, pero según se explica en la obra el protagonista vive en un espacio reducido y no en el grandioso taller de un escultor. Además, se dice en numerosas ocasiones que el personaje es camarero y no artista… La lástima de todo es que se ha perdido una buena ocasión para descubrir y saborear un autor poco representado entre nosotros.

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