“Libertad y cultura” fue el lema bajo el cual se fundó el Lyceum Barcelona Club el año 1931, un lugar de encuentro para las mujeres donde se organizaban talleres, conferencias y cursos que tenían como principal objetivo expandir la cultura y la libertad de ideales en el sector femenino de la sociedad. Muchas mujeres cultas e intelectuales hicieron de este espacio el sitio perfecto para mostrar sus obras literarias, musicales y/o políticas al resto de mujeres que pertenecían al club. La voluntad principal era ensanchar la base cultural y social de la mujer de la época. Fueron años de bonanza para las mujeres, una libertad que duró hasta 1939, cuando la Guerra Civil acabó con todo.
La compañía Les fugitives muestra mucha destreza para hilar tan bien una historia con tantos matices como la creación y existencia de este club. Se explica la cronología de los hechos con una originalidad propia, haciendo partícipe a la espectadora de toda la narración. Presentan los personajes históricos que marcaron la vida del club con humor y elegancia, sin que se haga pesado ni aburrido. Aprovechan cada segmento de la evolución del club para mostrar pedazos de la cultura de la época y contextualizar todo lo que se vivía en la ciudad en aquellos momentos. Hay una reivindicación para textos y personalidades que han quedado en el olvido o de los cuales, sin saber mucho porqué, no se ha vuelto a hablar, aunque fueron éxitos absolutos en su momento.
Con una escenografía sencilla y pequeña la narración va navegando por la historia utilizando los elementos que tiene al alcance: cuatro sillas, dos focos, un carrito del café y un hilo musical tocado en directo por Neus Soler. Un marco pequeño y bien trabajado que funciona a la perfección para la interpretación de las cuatro actrices que van dando vida a esta parte de nuestra historia. Judith Corona, Laia Pujol, Maria Ten y Neus Soler se van transformando en el personaje que el relato necesita de una manera amena y divertida, empujando a la espectadora a ser cómplice de más de una broma o regañina al resto de sus compañeras de escenario.
Es un paseo por un momento revolucionario y en ebullición, por unos años de esperanza y apuesta por la cultura y la evolución social de las ideas. Una obra que nos muestra una voluntad de lucha contra todo para ser libre de pensamiento y dar más peso a la cultura, base fundamental de la sociedad… quizás se tendría que volver a poner en la calle esta lucha.