Y El chico de la última fila, aquel estudiante que pasa desapercibido, lo es, rediós si lo es. De inocente y tímido sólo tiene el aspecto, pero puede ser letal. Juan Mayorga ha escrito una pieza prácticamente perfecta, redonda, implacable. Este alumno que va entregando «redacciones» a su profesor de literatura, esta escribiendo un tipo de novela por entregas implacable, demoledora; nadie saldrá indemne, pues su pluma está más afilada que un bisturí: ¡mama miedo! Magnifica puesta en escena y dirección ajustadísima de Víctor Velasco. Los actores, todos magníficos, siempre en escena, como en El caballero de Olmedo que hacen en el Teatre Lliure. No dudéis de ir a buscar una entrada ahora mismo. Si os la perdéis lo lamentaréis y os tendréis que echar ceniza por encima la cabeza y rasgaros las vestiduras (y es un curro currazo, y sucio).
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